sábado, 26 de noviembre de 2016

Caridad

Ayer caminaba por el Zócalo de la Ciudad de México y un señor se aproximó a pedir ayuda. Quería llegar a la embajada de Guatemala y comencé a buscar en mi teléfono. Mientras buscaba en mi teléfono, él nos contó que unos policías lo habían detenido y maltratado y le habían robado su dinero. Nos dijo que lo detuvieron porque había entrado ilegalmente al país. Como habrán adivinado, el señor decía venir de Guatemala.

Al principio no dudé en ayudarlo a encontrar la dirección de la embajada, pero mientras me contaba estas cosas no supe exactamente que podría hacer por él. Me preguntaba con un tono muy entristecido que por qué los policías eran ladrones en mi país y yo sólo pude responder "pues a veces así son". Como no encontraba la dirección de la embajada me dijo que también podía indicarle dónde estaba relaciones exteriores a lo cual respondí, pensando en lo que me había dicho sobre los policías, que le recomendaba que mejor fuera a su embajada. Hasta ese momento el señor no me había pedido nada más que indicaciones pero entonces dijo que mejor no iría ni a su embajada porque probablemente lo deportarían. Entonces me pidió indicaciones para llegar al cruce del tren y si podía ayudarlo con agua, comida o dinero.

Siendo como soy, nunca he podido confiar en verdades no comprobables. Desconfié entonces del señor pero por como se habían dado las cosas decidí seguir creyendo y ayudarlo. Le indiqué lo mejor que pude como dirigirse hacia donde mi pidió, le di los diez y algo pesos que traía y fuimos a comprarle agua y algo de comer. Todo esto aún con reservas sobre si decía la verdad y, siendo honesto, esperando que no lo fuera pues sería más feliz sabiendo que alguien me "estafó" unos 100 pesos que habiendo ayudado tan poco a alguien en una situación tan terrible.

Cuando nos separamos del señor, Lili se notaba muy entristecida y luego de un rato comenzó a llorar. Le dije que no se pusiera así y como tratando de disculparme por haber hecho tan poco le dije que no supe qué más podíamos hacer por él. Pero entonces lo pensé bien y me di cuenta que pudimos haber hecho mucho más por él. Pudimos llevarle a la casa y ofrecerle donde dormir para que no tuviera que seguir cansado y de noche. Pudimos haberle comprado un boleto que lo acercara a donde fuese o llamado un uber que lo llevara a dónde quería en la ciudad.

En fin, esta entrada es para descargar la pena que siento de no haberlo ayudado más. Pasaron más cosas ese día que me hicieron sentir más culpable, como el hecho de que nos encontramos con un marcha encabezada por un grupo de Guatemala pidiendo que encontrasen a sus inmigrantes desaparecidos.

Hace tiempo que no creo en Dios pero ayer la culpa me hizo pensar.

domingo, 19 de junio de 2016

Principios

Hace un par de años escribí sobre lo importante que me parece desechar todo lo que uno cree que sabe, ya sea porque se nos enseñó o porque nos hemos hecho de tal opinión, para poder reconstruir todo desde una visión limpia. En los últimos meses me he encontrado con muchas discusiones en internet y parece que en general la gente tiene posturas muy rígidas. Nadie está dispuesto a ceder ni siquiera un poco.
Entiendo que todos creen estar en lo correcto y buscan más bien convencer a los otros de que así es. Yo había procurado siempre mantenerme al margen de esas discusiones. A decir verdad, creo que no tengo una postura respecto a casi nada y por eso no participo en discusiones, sobre todo de temas muy controversiales. Sin embargo, estando expuesto a ello todo el tiempo, no puedo evitar pensar algunas cosas.

Era más feliz cuando todo era una broma, cuando no me daba cuenta de todo el odio que involucra profesar alguna ideología. 

miércoles, 10 de febrero de 2016

Mariposas en el estomago

Hay un par de cosas que sé que causan en mí esa sensación de estar enamorado. Las mariposas en el estomago. Tengo una lista secreta, escrita en un cuaderno, que guardo para sanarme en caso de que me rompan el corazón. Nunca la he necesitado para eso tanto como la necesito para sentirme enamorado de vez en cuando. Trato de recurrir a estas cosas lo menos posible para no confundir lo que me hacen sentir con un enamoramiento de verdad.

Hay un par de cosas que me causan esa sensación de estar enamorado. La mayoría de ellas son fáciles de conseguir. He agregado un par de cosas a mi lista pero estoy tentado a borrarlas porque no son tan prácticas como quisiera. Contrario a lo fácil que es conseguir una taza de café, me resulta imposible pensar que podré ver tu sonrisa cuando sea que lo desee.

He decidido hacer una nueva lista. Mayormente se trata de ti. No importa cuán poco prácticas resulten, ninguna de mi lista anterior se compara con lo que éstas me hacen sentir.

Adicción

Alguna vez fui a una obra de teatro sobre las adicciones. Recuerdo que usaban la palabra adicción en el sentido, no sé si etimológico, de la incapacidad para expresar algo. La obra era mala y no creo que el uso de la palabra fuera correcto.

Esa fue la mejor introducción que pude pensar para decir que he vuelto a fumar. No sé cuánto tiempo lo haré pero la verdad es, aunque no me guste ese uso de la palabra, que no puedo controlar dos adicciones al mismo tiempo. El cigarro será, por un tiempo, mi parche de nicotina.

lunes, 13 de julio de 2015

Lealtad

Tiene tiempo que creo que la lealtad es el valor más preciado. Considero primordial ser leal a mis amigos, pero por encima de todo creo que me debo lealtad a mí mismo y a las cosas en las que creo. Sentir por un momento que estoy siendo deshonesto y desleal me hace sentir terrible. Sentir que traiciono las cosas en las que creo o que me alejo de ser el hombre que quiero ser, no hay peor sentimiento.

sábado, 14 de febrero de 2015

Nostalgia

Supongo que la nostalgia es de esas cosas que llegan con la edad. Es decir, uno no puede extrañar mucho cuando se tienen tan sólo diez años de edad y tu mayor preocupación es disimular que te gustan las niñas. Lo malo es que uno no sabe eso a los diez años. Incluso ahora, trece años más tarde, aunque tengo días como hoy en que me doy cuenta que la vida es una y el tiempo se nos escapa, sé que soy muy torpe para mantener eso en mi cabeza por más de una semana.

Quizá no es tan malo. He tomado mis decisiones en el pasado y me han traído a lo que soy ahora. Sin embargo, es difícil no preguntarse qué habría pasado si...

No es que me lamente por lo que he hecho de mi vida, pero me he sorprendido muchas veces soñando que regreso el tiempo y hago las cosas de manera diferente. Aunque me gusta la vida que tengo, me gustan también las que imagino. No es para sorprenderse, en mi imaginación, y a diferencia de la vida real, las cosas siempre salen como espero.

jueves, 15 de enero de 2015

Capsula del tiempo

Facebook nos da la oportunidad de mirar a nuestro pasado. Es como la idea de enterrar algo y sacarlo 50 años después. Uno puede echar un vistazo a lo que era nuestra vida entonces y recordar, reír, llorar, sentir nostalgia y vergüenza.

Viendo un poco en mi perfil me queda muy claro que no pensaba en esto hace un par de años. Hoy pude ver cómo me transformaba poco a poco, a la par con mis amigos y a velocidades distintas, en la persona que hoy se queja de los que no escriben bien. Vi cómo cambiaron mis opiniones en algunos temas, algunas veces de modo muy drástico y otras de manera paulatina. Pude ver cómo cambió mi relación con las personas, mi interés en algunas. Vi cómo hice nuevas amistades y me olvidé de otras y en algunos casos eran la misma persona.

No es la primera vez que lo hago pero es la primera vez que le pongo tanta atención. Me avergüenzan algunas cosas, extraño muchas y otras sólo reconozco que están en el pasado. Mirando hacia atrás con nueva perspectiva me hace pensar en cosas que no veía entonces. Pienso en que tal vez le gustaba  a la niña que me gustaba, que no debí ser tan malo con unos ni tan bueno con otros. Pienso en que las cosas pudieron haber sido distintas y pienso que le debo una disculpa a muchas personas.

Principalmente pienso que me debo una disculpa a mi viejo yo, que jamás debí haber permitido que las cosas tomaran la forma que tomaron en casi todos los aspectos. Miro tres años atrás y el sentimiento que predomina es enojo ahora transformado en vergüenza. Pienso en lo que ocurrió después, en las personas que conocí, con las que decidí quedarme hasta ahora. Entonces pienso sólo en gratitud, en cómo soy lo que soy gracias a ellos.

Si continúo mirando y llego al presente, ya sé lo que pasará. Voy a llegar a ti y ya sé lo que voy a sentir. Creo que ahora inicia otra parte de mi vida y ya sé gracias a quién.